martes, 30 de junio de 2009

Últimos Segundos


(Sala blanca. Sólo un gran sillón en el medio. Ahí descanzan Martín y Patricia, en lo que seria, quizas su primer y último día juntos)


M: (acariciando el cabello de Patricia) Quiero hacer de todo contigo. No quiero perder nada.

P: ¿Como qué por ejemplo?

M: Como por ejemplo ...ir a alguna plaza, y grabar nuestros nombres en el tronco de algun árbol.

P: ¿Por qué no nos hablamos antes?

M: (mirandola a los ojos) Porque fuimos unos tontos; pero yo no me pienso resignar a hacer estas cosas (Se levanta y la tira de un brazo) ¿Vamos? ¡Vamos, vamos!

P: ¿A dónde?

M: No importa dónde, importa cómo, y quiero que sea juntos. Vamos

P: (Resistiendose) no, no, no... deja de soñar.

M: (practicamente suplicandole) ¡Quiero soñar, ¡Dejame soñar!; vivamos a fondo todo esto que sentimos, es ahora o nunca, ¿Vamos?

P: no, no, no, no ...aparte, ya debes irte, No lo hagamos más dificil.

M: ( Con una notable tristeza en su rostro) pero...pero...¡Yo te quiero!

P: ¡Yo ya se! ya se lo que sientes, y yo siento lo mismo, pero no lo hagamos más dificil. Nos queda poco tiempo. Vete ...pero no te olvides que te quiero muchisimo.


(El se aleja de a poco, pero siempre mirandola. Ella le tira un beso y el simula agarrarlo con la mano)

lunes, 29 de junio de 2009

A Mi Bella Enemiga

No seas tan vanidosa amor mío
porque para serte franco
tu belleza no es del otro mundo
Pero tampoco es de este.


Oscar Hahn

domingo, 28 de junio de 2009

A Mi Querida M.A


El otro día pasaste frente a mi, y como los demas dias, no hubo nada.

Llamaste "niña" a aquella que estaba a mi lado, y le pediste el dinero correspondiente.

A mi no me lo pediste. No se si fue porque pensaste que no correspondia, o porque querias evitar mi respuesta.

Pero tranquila, que seguramente yo hubiera hecho lo mismo.

Porque ya estamos hace mucho tiempo en diferentes sintonias.

Pero te veo en ocaciones por los pasillos, con tu misma cara (que se ha mantenido en el tiempo, al igual que la mia segun todos), a veces pasas riendo, y escucho tu risa que alguna vez era parte del día a día, y añoro aquellos tiempos, cuando creciamos juntas.

M. pasamos por tantas cosas juntas. Desde que llegue a mis 6 años a aquel establecimiento, hasta ...2 años atras.

Eras una más de mi familia. Cuantas fueron las noches en que nos quedamos despiertas (aunque no hasta tan tarde porque el sueño nos vencía), construiamos nuestro palacios, fuimos rudas, angeles, pobres, ricas, madres, gitanas, peluqueras, secretarias, artistas y solo niñas a la vez.


Eran recorridos mas o menos de 1 hora. Cantabamos, molestabamos al "tío", gritabamos como locas, jugabamos, haciamos de todo en esos asientos que a medida que pasaba el tiempo parecian ser mas estrechos. Nos tocaron dias lluviosos, donde los vidrios se empañaban y haciamos figuritas; nos tocaron dias soleados, donde habriamos la ventana y sacabamos nuestras cabezas ...-¡Niñas, entrense!- nos decia el tío.

Hubieron momentos en que llorabas, porque te sentias incomprendida por tus pares, al igual que yo. Pero nos teniamos una a la otra, jamás estariamos solas.

A menudo nos confundian por hermanas. Si, debo admitir que eramos algo parecidas. Ya no.


Yo te admiraba, ¿Lo sabes? Pero cambiaste tanto. Te empezo a importar lo que decian de ti. Te convertiste en una más de ellos, solo para sentirte parte de algo. De algo más grande quizas. Me empezaste a llamar "mi niña", cuando no necesitabas hacerlo. M, ¡era yo! Tu mejor amiga, sabias quien era, no necesitabas cambiarnos. Y menos necesitabamos alejarnos.


Quizas fue la distancia la que termino por alejarnos, o simplemente tu indiferencia. Creeme que te extrañé, llore por ti. Realmente aun te extraño. Espero que algun día, volvamos a mirarnos.

Mientras tanto ...seguiremos con nuestra indiferencia, y este puede ser nuestro último año.



domingo, 21 de junio de 2009

Parque Central Oriente I


Ya hace tanto que esas calles no son mias.

Llegue a esa casa de 3 pisos cuando tenia 3 años de edad, me fui más o menos 10 años despues. La ventana de mis padres daba hacia esa calle, Parque Central Oriente. Me la sabia de memoria. Cada agenda que pasó por mis manos tenia escrito ese nombre en la línea donde se indicaba dirección. Por esa calle pasaban las micros, y frente a nuestra casa estaba el colegio Alcazar.

Cuando llegamos el patio esa simplemente un terreno de pura tierra, hasta que poco a poco empezó a surgir de la tierra un color verde. Se veia hermoso. Yo tiraba todos mis peluches por la ventana, (mi pieza estaba en el segundo piso) y luego bajaba y formaba montañas con ellos. Que puedo decir, los peluches fueron practicamente mis hermanos adoptivos. También tenia un camioncito, y una moto (algun día tendre que escribir de esa moto).

Al lado del colegio habia una construcción, donde se dieron cavida a muchos locales. Los primeros que surgieron fueron una panaderia. Era encantadora, muy popular. Vendian panes con forma de corazon, y yo siempre los compraba cuando estaban calentitos. También recuerdo una botilleria; un local de máquinas de juego, donde iba con mi nana, y jugaba juegos de autos, pero los que más me gustaban eran los de pelea, los que despues me prohibieron jugar porque supuestamente me ponia muy violenta (aunque en realidad no lo recuerdo); una tienda de mascotas, donde me compre mis "ardillas rusas", el Paulito y la Veronica (también tendre que hablar de ellos en otra ocación); un bazar donde vendian de todo; un local de comida china y una lavendaria.

Hoy, solo quedan la lavanderia y la botilleria.

Conocia tan bien ese barrio. Caminabamos muchas veces con mi madre hacia el supermercado, el unico que habia en ese barrio, estanba mas o menos a medio kilometro de mi casa. Durante todo ese trayecto yo conocia cada casa. Sabia donde estaban los arboles con ramas bajas, sabia donde tenia que alejarme de las rejas porque siempre habia un perro que te salia a ladrar, sabia donde estaban los oyos, donde estaban las pisadas inmortalizadas en el cemento.

Y hoy regrese a esa calle, pase por mi casa, la cual sera proximamente un bazar. Y las casas de mis vecinos, y en si la mayoria de las casas de esa calle también son bazares, tiene distintos colores. Y se fue...aquella infancia...se fue

domingo, 14 de junio de 2009

En las Colinas Verdes


Ahí estabamos todos. En colinas verdes, de un verde de en sueños (justamente, solo en los sueños podria existir tanta perfección).

Estabamos ahí con un proposito. Qué se yo cual. Pero como era caracteristico de nosotros, nos ibamos por otros caminos, decidiamos hacer otras cosas, divertirnos, supongo.

Pero la diversión elegida por los demas era simplemente aterradora para mi.

En esas hermosas colinas verdes, habian un montón de torres de alta tensión, algunas más grandes que otras.

Para mi sorpresa, sin ninguna vacilación, uno por uno empezaron a escalar las torres, no llegaban tan alto, pero eso no era lo importante. El primero fue el que siempre empieza todas las payasadas. Mientras subia y se acomodaba en la estructura los demas lo alentaban y lo guiaban. Cuando estuvo listo, otro de ellos puso un extraño aparato en una de las puntas de la torre y lanzo la descarga. La descarga pareciera ser que fue baja, no le pasa nada al que estaba en la torre.

Luego de esto, todos empezaron a hacerlo, hombres y mujeres. Les daba gracia, disfrutaban del dolor. Mientras yo estaba horrorizada, trataba de alejarme de las torres, pero me parecia que estaba rodeada por ellas.

Las colinas verdes no tenian salida. Lo bello que era el paisaje, en realidad era una trampa.

Verlos ahí, a todos ahí, me parecia desconzolador, me parecia tortura.

Ni recuerdo cómo salí.

Seguramente, por esos tantos oyos negros que tiene el mundo onírico, que te dejan rapidamente en otra sitaución.

Por furtuna, o por desgracia.

martes, 9 de junio de 2009

¿Olvidada?


Me encontraba sentada esperando la hora de salida. Me propuse a observar.

Aun no era nuestro turno, primero iban los pequeños.

Ya solo quedaban los últimos, sin embargo reparo en uno de ellos.

Era un muchachito, de unos 6 o 7 años. Venia con su mochila a cuestas, de vuelta, sin resultados a su busqueda.

Luego venia la profesora, lo tomaba de la mano, parecia confusa.

Debia ir hacia el telefono, ver qué pasaba. Ese niño al igual que los otros debia estar en su casa, o al menos en camino a esta.

Y no es mi inteción exagerar. Los padres deberion atrasarse, y ese no es motivo para crucificarles. Ni siquiera es esa mi intención.

Solo quiero decir, que esa situación me llevo a recordar algo que habia olvidado, o que supuestamente pense que habia olvidado. Andaba oculto en algun espacio de mi memoria.

Y es justamente lo que le paso a este niño.

Tenia yo unos 5 o 6 años. Esperaba a mi padre, lo esperaba en la entrada de mi colegio. Salí con mis compañeros, y minuto a minuto iban desapareciendo detras de las puertas de sus autos. El lugar quedaba solo. El sol se escondia.

Recuerdo que pensaba en esos momentos, hoy lo recordé. Pense que mi padre me habia olvidado. Tenia miedo, era mi primer año en ese colegio. Me sentia incomoda, me sentia sola en todo el mundo. Cuando eres pequeño el mundo también lo es. No aguantaba más, queria llorar. Pero nunca fui buena para eso, asi que no lo hice, me aguante. Sin embargo, el miedo era incalculable.

Ahora las cosas son relativamente fácil. Si mi padre se atrasa tengo mi celular para comunicarme con el. En ese entonces, era una eternidad la que nos separaba.

Pero el calvario tenia que terminar, y tarde o temprano, mi padre llegó. Yo demostraba rabia y pena, pero en mi interior solo habia alivio.

sábado, 6 de junio de 2009

Bala


En ocaciones oigo disparos. De verdad que son disparos.

Estoy en mi pieza, y guardo un poco de silencio para escucharlos atentamente.

No parecen tan lejanos, y es eso lo malo.

Miro por mi ventana, pero esta oscuro, y aunque pudiera ver algo, serian solamente las copas de los arboles.

Y ahí nace le miedo. Pienso a veces en que uno de esos disparos alcanzara mi ventana. Veo en mi mente los vidrios quebrados, y por supuesto, la bala dentro de mi.

No necesariamente resultando mi muerto pero si una herida profunda.

Veo mi desesperación, mi llanto, mis gritos. Lo sé porque soy intolerable al dolor. Me desespera.

Pero trato de olvidarlo. Trato de pensar, en que esa bala terminara en el pasto, o que simplemente alcanzara otro espacio de mi pieza.

Que se yo por qué tanto dramatismo y tanta tragedia en esos pensamientos mios.

martes, 2 de junio de 2009

Desvelada


Como soy reina y fui mendiga,

ahora vivo en puro temblor de que me dejes,

y te pregunto, pálida, a cada hora:

«¿Estás conmigo aún? ¡Ay, no te alejes!»


Quisiera hacer las marchas sonriendo

y confiando ahora que has venido;

pero hasta en el dormir estoy temiendo

y pregunto entre sueños: «¿No te has ido?».


Gabriela Mistral