miércoles, 5 de diciembre de 2012

Tenernos

Dejémonos de estupideces,
de pérdidas de tiempo
que el mundo se nos está acabando.

Dejémonos de estupideces
y mirémonos profundamente.
Te espero hace mucho,
pero el fin no espera a nadie.

Qué más quieres,
lo hago todo,
y sé que a la vez nada,
pero miente y hazlo rápido.

Saltemos lo mundado
y vayamos directo a lo que duele
resbalando en el otro
permearse como antes
que por un instante
yo en tus ojos vi
el deseo
y la rabia

de no tenernos.

viernes, 7 de septiembre de 2012


Él:   En tus sueños, ¿Por qué todo es tan severo? 

Ella:  En mis sueños, estás allí. 

Él:  ¿Aún no eres feliz conmigo en tus sueños? 

Ella:  Aún así ...Ven. Mañana, y el día siguiente

martes, 31 de julio de 2012

Hombrecito

La última vez que estuvimos juntos, tu distraído mirabas la pantalla del televisor. Yo, detrás de ti, te miraba, te guardaba en detalles, en pedacitos por los rincones. Nos quedaba poco tiempo. 
Yo te dije, "más adelante, en un tiempo más, tu no sabrás quién soy, y no recordarás este momento. Ahora estás conmigo, pero después me borrarás de tu mente". Pensé también, que no recordarías esas palabras. Yo te miraba, y sabía la verdad, sabía que en un tiempo más, ya no me abrazarías con total entrega y pureza.
Y temo. Temo volverte a ver, y que no puedas pronunciar mi nombre, que ni siquiera se te venga a la mente. Temo a tu indiferencia obvia, y no poder ver tus ojos como antes, tus ojos que no serán los de antes. 
Pero entérate ahora, que me hiciste muy feliz, y deseo seguirte cada paso, lo intento, a pesar de la distancia. 

lunes, 23 de julio de 2012

Encajar

Aquella noche,
aquella nuestra primera noche,
descubrimos con sorpresa,
que nuestras bocas encajaban
perfectamente. 

domingo, 22 de julio de 2012

Detesto

Detesto que seas tu, 
que me hagas sentir importante, y que luego me destruyas.
Me miras con palabras que deben ser mías, 
pero me pregunto hasta dónde deseas que resuenen,
en qué paredes más allá, en qué cabellos se resbalarán. 


Detesto que me permitas tenerte, 
y me detesto yo misma por soñar. 
Se para mi una planta, o una cascara de naranja, 
un lápiz sin punta, o un pedazo de pan;
no seas ni mis zapatos, ni mi libro favorito,
tampoco el paraguas, ni menos el mismísimo sol. 


Lárgate, sólo unos pasos más allá, 
donde tu silueta no alcance a mi mirada,
donde pueda confundirte con cualquier idiota más idiota que tu,
pero sólo unos pasos más allá, 
cosa que pueda aspirar todo el aire que sale de tus pulmones.