Como siempre cada mes, el nombre condena a la diferencia.
Para muchos una perdida, pero otros indiferencia, para algunos salvación,
en mi caso una irritante obligación.
Viernes mañana, es la ocación, en que todos nos detenemos, y caminamos sin opción.
Sentados, parados, sentados y parados de nuevo, es parte del ritual al que estamos acostumbrados. Hombre con túnica de blanco hablando, hablando de aquel que nos convoca ahí, con mi mirada gris, que nada más quiere oir.
Viernes mañana, es la ocación, donde ocurre como siempre mi descompensación.
Viernes mañana, no quiero ir.
Y no es capricho, es decisión.
2 comentarios:
Ohhh, pues creo que me he perdido; claro que se agradece perderse :) en principio he pensado, va a la iglesia, como cada mes, ¿a qué? Luego he relacionado el caliz con la sangre, de cada mes, :):), y no sé si me estoy flipando o es una entrada en clara anti periodo...
:)
En caulquier caso, si no es, ¿qué es? :) Y que hoy tengo que pasar por la biblio, a ver si está báthory y te la envío.
Besos
Uooolitas, Javiera; pues nada, que ya lo tengo, miiiija, pero no tengo tu mail.
Que menos mal que no estaba el libro en la biblia, porque hace un plis me ha enviado la compañía que la representó y la representará en Madrid en noviembre, la obra, de modo que...
Nada, que me des un silbidito y te la envío
Besos
Publicar un comentario