jueves, 16 de julio de 2009

Cuentame


A veces, muchas veces, me dan unos deseos de crecer. De salir, de cambiar de ciudad, de costumbres, de alejarme de las personas que me han acompañado desde mis primeros dias de vida, y de otros tantos que no son tan viejos.


Pero otras veces, quisiera ser niña por siempre, y ser más niña aun de lo que soy.

El otro día tuve que hacerme un examen de sangre (¡Y cómo me dan miedo esos examenes!), el cual duraba una hora. Me sacaban una muestra, esperaban una hora y me tomaban otra. Durante esa hora, yo estaba acostada en la camilla, con la aguja en el brazo (mi curiosidad me gano y gire mi cabeza para ver como lucía), y una dama vestida de blanco le pregunto a mi madre, que estaba en la sala de espera, si queria entrar a hacerme compañia. Mi madre no lo pensó dos veces y entró. Se quedo sentada a mi lado y me preguntó si queria leer algo. Había una mesita llena de libros, libros infantiles. Me pasó uno sobre "los sentimientos" y me aburrió.

Entonces ella empezó a leer otro, uno que pertenecía a una colección de libros de "¿Por qué?".

Y entonces sin querer, empezo a leerlo en voz alta, y yo me quede atenta escuchandola. Era como revivir aquellas noches donde no queria dormir. Deseaba que el día nunca terminara porque durante la noche siempre pensaba que llegaria un ladrón a mi casa. Antes de acostarme, sacaba de mi mueble al menos unos 15 cuentos para que mi madre los leyera, y así lo hacía, hasta que el cansancio empezaba a hacerle efecto y solo pronunciaba monosílabos.

Bueno, volviendo al otro día, ahí estaba ella, otra vez, leyendome y yo escuchandola atenta, la miraba con cariño, queriendo quizas que ese momento aun no acabara. Ella pasaba cada hoja tan rápido, y yo solo queria que se demorara. Pero lo terminó. Sin embargo, ¡había otro!, yo estaba tan contenta.

No alcanzó a terminarlo. Ya había pasado la hora, y teniamos que irnos.

La hora de los cuentos, habia termiano, por ahora ...


1 comentario:

Demian dijo...

que linda entrada, en serio, dice mucho de ti, valoras esos pequeños detalles que la gente a veces olvida, esos pedasitos del rompecabezas de tu vida que dejaste atras, que se pierden como hojas sueltas en la biblioteca de la memoria pero un dia de repente !!!plot¡¡¡ y así como tu mami, sin querer queriendo vuelven para recordarte de un modo muy humilde que no hay porque tener afan, que cada minuto de tu vida debes disfrutarlo en el presente.

Gracias Javi por recordarme que las cosas pequeñas son importantes en la incertidumbre de estos dias de invierno, en la oscuridad de una bodega que almacena cajas llenas de linternas sin baterias.

Gracias por ser una niña, no te remuerdas mi te preocupes por lo que no te gusta de tu vida, ocupate en hacer que cada momento sea un bonito recuerdo digno de conservar.