martes, 7 de julio de 2009

Fui una Helga


Que suerte la mia haberme topado una de estas noches con los recuerdos de mi infancia. Sintonicé aquel canal de televisión que en realidad ya poco tiene del canal que conocí. Yo no paraba de ver los programas de Nickelodeon. Uno de ellos era "Hey! Arnold".


Entonces decidí esa noche quedarme viendolo. El capítulo que me tocó ver, era aquel en que Helga trata de conseguir esa minúscula gorrita azul de Arnold para la "escultura(formada por gomas de mascar que alguna vez han pasado por la boca del chico)" que tiene escondida en su armario. En este, y en practicamente todos los capítulos de Hey! Arnold, Helga presenta, para mi, un cierto amor desesperado, a ratos obsesivo, ingenuo, primeriso y sobre todo encantador.

Ella atesora cada detalle perteneciente al chico cabeza de balón. Se emociona cuando le habla, cuando camina, cuando sonrie, cuando llora, lo emociona todo de él. Sin embargo ella lo oculta. Obvio, no quiere que su amor platónico se entere de su secreto.

La cosa es, que pensaba mucho en Helga, y lo parecida que quizas fui. Cuando era pequeña, o incluso hace 6 o 7 años atras.

Cuando me gustaba un chico, decia amarlo. No era cierto claro, pero en ese tiempo, para mi era real, y era con quien queria pasar toda mi vida. Soñaba, pedia a Dios que aquel chico me mirara, que se interesara en mi, que me hablara, que yo también le gustara.

A estas alturas me da tanta risa, y tanta tranquilidad a la vez. En aquellos tiempos, muchas veces lloraba, diciendo que seria imposible olvidar a ese chico, que lo amaria por siempre, y luego pasaron por mi vida unos 2 o 3 o 4 o no sé cuantos más.

Pero ahora ya no.

Ahora, ahora de verdad me he enamorado, y siento que las nubes me han llevado con ellas, y que nadie me borra la sonrisa de la cara.

1 comentario:

Santi dijo...

Me gusta ese tiempo verbal, es como "yo era la rosa dorada del sol". Antes fui eso, ahora soy una cosa que no digo; he hecho un viaje que no sabes... es interesante, o a mí me lo parece, lo que sugiere.

Besos de igual se mira atrás para saber dónde estamos